Cultura mixteca denomina las expresiones del
pueblo mixteco durante la época prehispánica. Las manifestaciones más antiguas de este pueblo corresponden al
Preclásico Medio de
Mesoamérica (ss. XV-II a. de C.) y abarcan hasta la
Conquista española de los reinos mixtecos durante el
siglo XVI de la era cristiana. El
territorio histórico de los mixtecos es la zona conocida actualmente como
la Mixteca, dividida entre los
estados mexicanos de
Puebla,
Oaxaca y
Guerrero. En
su propio idioma, el nombre de la nación y el país mixteco es
Ñuu Dzahui, que se traduce como país o pueblo de la lluvia.
La importancia de la cultura mixteca radica en que cuenta con una de las cronologías más extensas de
Mesoamérica por su continuidad y antigüedad. La historia comenzó como resultado de su separación de otros pueblos de
habla otomangueana en el área de
Oaxaca. Los mixtecos compartieron numerosos rasgos culturales con sus vecinos
zapotecos, de hecho ambos pueblos se denominan a sí mismos como
gente de la lluvia o de la nube. La evolución divergente de los mixtecos y los zapotecos, favorecida por el entorno ecológico, alentó la concentración urbana en las ciudades de
San José Mogote y
Monte Albán; mientras que en los valles de la
sierra Mixteca la urbanización siguió un patron de menores concentraciones humanas en numerosas poblaciones. Las relaciones entre mixtecos y zapotecos fue constante durante el Preclásico, cuando la Mixteca también se incorporó definitivamente a la red de relaciones
panmesoamericanas. Algunos productos mixtecos se encuentran entre los objetos de lujo hallados en el
área nuclear olmeca.
Durante el
Clásico, el apogeo de
Teotihuacan y
Monte Albán fueron un elemento que estimuló el florecimiento de la región Ñuiñe (Mixteca Baja). En ciudades como
Cerro de las Minas se han encontrado estelas que muestran un estilo de escritura que combina elementos de la escritura de Monte Albán y de Teotihuacan. La influencia de los zapotecos se observa en las numerosas urnas halladas en los sitios de la Mixteca Baja, que representan casi siempre al
dios viejo del fuego. En ese mismo contexto, la Mixteca Alta vio el colapso de
Yucunundahua (Huamelulpan), y la balcanización de la zona. La concentración del poder en la zona Ñuiñe fue causa de conflictos entre las ciudades de la región y los estados de la Mixteca Alta, lo que explica la fortificación de las ciudades ñuiñe. El ocaso de la cultura clásica de Ñuiñe coincide con el de Teotihuacan y Monte Albán. Al terminar el Clásico mesoamericano (ss. VII y
VIII) muchos elementos de la cultura clásica de la Mixteca Baja cayeron en desuso y fueron olvidados.
A partir del
siglo X se dan las condiciones que permitieron el florecimiento de la cultura mixteca. El genio político de
Ocho Venado le llevó a consolidar la presencia mixteca en
La Costa. Allí fundó el reino de
Yucudzáa (Tututepec) y después emprendió una campaña militar para unificar numerosos estados bajo su poder, entre ellos sitios tan importantes como
Ñuu Tnoo Huahi Andehui (Tilantongo). Esto no habría sido posible sin la alianza con
Cuatro Jaguar, señor de filiación
nahua-
tolteca que gobernaba
Ñuu Cohyo (
Tollan-Chollollan). El reinado de Ocho Venado concluyó con su asesinato a manos del hijo de una noble señora que a su vez fue asesinada por el propio Ocho Venado. Durante todo el
Posclásico se intensificó la red de alianzas dinásticas entre los estados mixtecos y zapotecos, aunque paradójicamente aumentó la rivalidad entre ambos pueblos. Sin embargo, actuaron en conjunto para defenderse de las incursiones
mexicas.
México-Tenochtitlan y sus aliados se alzarían con la victoria sobre estados tan poderosos como
Yodzo Coo (Coixtlahuaca), que fue incorporado como provincia tributaria del
Imperio azteca. Sin embargo, Yucudzáa (Tututepec) mantuvo su independencia y ayudó a los zapotecos a resistir en el
istmo de Tehuantepec. Cuando los españoles llegaron a La Mixteca, muchos
yya (señores) se sometieron voluntariamente como vasallos de
España y conservaron algunos privilegios. Otros señoríos intentaron resistir, pero fueron vencidos militarmente.
De acuerdo con su mitología, los mixtecos eran descendientes de los hijos del
árbol de Apoala. Uno de estos hijos venció al
Sol y ganó la tierra para el pueblo mixteco. La divinidad principal de los mixtecos en la época prehispánica era
Dzahui, patrono de los
ñuu dzahui y dios de la lluvia. Otra divinidad de gran importancia era
Nueve Viento-Coo Dzahui, héroe civilizador que les entregó el conocimiento de la agricultura y la civilización. La historia y la mitología de los mixtecos prehispánicos se conservan en varios
códices, algunos originales de la época prehispánica. En estos códices los mixtecos también dieron muestra de sus habilidades en las artes menores como la pintura. Además fueron consumados
orfebres y
alfareros, como muestran la varias piezas que se conservan en varios museos alrededor del mundo.